“Un espacio ordenado da satisfacción”
La crisis en el negocio familiar obligó a Marta Vilamajó, una barcelonesa muy vinculada a Linyola, a instalarse un taller de costura en casa invadiendo un espacio de su vivienda que no estaba preparada para tantos materiales y máquinas. Los libros de la gurú de la orden japonesa Marie Kondo, primero, y algunos cursos, después, le dieron las herramientas necesarias para convertir una necesidad en profesión. “La casa se me caía encima y decidí dedicar una semana a organizar la casa.


La sensación de liberación que tuve al terminar fue tan satisfactoria que pensé que debía ayudar a la gente a sentir lo mismo”, explica a SEGRE. Para Vilamajó, el primer paso es distinguir entre organización y orden. “Lo importante es dedicar tiempo a organizar lo que tenemos en los espacios que tenemos.
Luego siempre podemos ponerlo más o menos bonito, esto ya es ordenarlo.” Un espacio desorganizado suele tener una historia detrás, de ahí que Vilamajó destaque que detrás de la labor que realiza con los clientes hay también un trabajo de apoyo y unas pautas para que los clientes tomen conciencia de qué es útil y qué no para que puedan mantener el espacio en el mismo estado en que le deja ella al salir por la puerta de la casa.“El ánimo de los clientes influye mucho en el tiempo que nos cuesta poner manos a la obra, pero siempre acaban aceptando que necesitan cambiar alguna cosa.” Otro de los consejos que da siempre esta Marie Kondo de Linyola es que “los por si acaso no existen. El momento que estamos esperando para darle uso a ese objeto nunca llegará”.


Grandes resultados en pequeños cambios
El armario o el cajón de los paños pueden ser una buena forma de empezar a organizar un espacio.
“Lo importante es que el cliente pueda ver los resultados de forma clara y rápida. Hacer el trabajo en un comedor o en un garaje está muy bien, pero el resultado puede ser más vistoso en una pequeña vitrina llena de vasos y botellas de cristal.”
Reportaje para el diario SEGRE. Enlace reportaje original.