La mudanza
Cuando tomamos la decisión de cambiar la ubicación de nuestro hogar, a menudo, nos entra el pánico.
Se tienen que tomar muchas decisiones y, entre ellas, establecer que necesitamos para nuestra nueva vida y a quien le confiaremos el traslado.
Los muebles, los cuadros, la ropa, todo tiene una carga emocional de la que no somos conscientes, que hace que la toma de estas decisiones sea más complicada de lo que realmente es.
Igual que nuestras pertenencias, nuestro tiempo tiene un gran valor y tendrás que determinar si la quieres hacer por cuenta propia o si prefieres contratar a una empresa de mudanzas.
Si la quieres hacer tú solo tendrás que planificarla con más tiempo, pedir ayuda a amigos o familiares, alquilar un vehículo para trasladar los muebles más grandes y los electrodomésticos y tener una perfecta organización en todo el proceso si no quieres morir en el intento.
Si decides contratar a una empresa de mudanzas, yo te aconsejo que contrates un buen servicio, con experiencia demostrada y personal cualificado, que asegure tus pertenencias para evitar sorpresas inesperadas. Recuerda que lo barato sale caro.
Pero lo que realmente es importante, es que conozcas las tres fases de una mudanza.
Pre-mudanza
Aquí es donde tendrás que realizar toda la planificación. Para ello, elabora una lista o un calendario con todo lo que tendrás que hacer y el tiempo que dedicas a cada tarea.
– Empresa de mudanzas:
Pide varios presupuestos y valora el servicio que te ofrecen.
Ten en cuenta que todo dependerá del volumen de cosas que decidas llevarte, las condiciones de tu casa actual, la altura, la accesibilidad, los permisos obligatorios y sobre todo el seguro, entre otras cosas.
– Suministros:
Da de alta los suministros de la nueva casa y, si es necesario, gestiona la baja los servicios de la que dejas.
– Obras y pintura:
Si has realizado obras, comprueba que todo esté listo para el día de la mudanza.
– Seleccionar:
Que te llevas y que no, minimizando el contenido a trasladar y ahorrando de esta manera en material de embalaje, transporte y gastos asociados.
Dicho así parece sencillo, sin embargo, es la parte más delicada de la mudanza.
Tómate tu tiempo, pero no lo dejes para el último día.
Empieza por espacios pequeños o que no tengan un gran valor sentimental y poco a poco verás que la toma de decisiones va siendo más fácil.
Piensa que a todo lo que descartes le puedes dar otro destino. Si está en buen estado lo puedes donar o vender (en este caso tendremos que poner una fecha límite), quizás aparece algún objeto prestado y será un buen momento para devolverlo y, como última opción, se puede llevar a un punto de reciclaje si ya no se le puede dar una segunda vida.
– Maleta:
Prepara una maleta con lo imprescindible para pasar los dos primeros días sin agobios.
-Un pijama, ropa para un par de días, un neceser, dispositivos electrónicos y cargadores, medicinas, juegos de llaves.
De esta manera podrás desembalar de una manera más tranquila.
– Embalaje:
Si has decidido contratar a una empresa de mudanzas, ellos pondrán los embalajes e incluso podrán encargarse de embalar y desembalar el contenido.
Si has decidido hacerla tú, tendrás que buscar cajas de varios tamaños dependiendo de lo que vayas a guardar dentro, armarios para colgar la ropa y que llegue en perfectas condiciones, papel de manila, precinto, marcadores…
Las cajas las puedes comprar en una empresa de mudanzas profesional como mudanzas lopez, donde te asesorarán de la cantidad de cajas que necesitas y cuál es su uso más adecuado. También las puedes comprar online o las puedes pedir en las tiendas de tu barrio, aunque se puede convertir en una misión imposible que te lleve a la desesperación.
Embala por espacios e indica el contenido en cada caja para facilitar al máximo la tercera fase, la post-mudanza.
Utiliza cajas pequeñas para los libros y las más grandes para la ropa del hogar y, si van rotuladas, pon las letras en la dirección correcta ya que puede dar pie a confusión y se giren, volteando todo el contenido.
Llena las cajas al máximo, pero sin que queden abultadas, esto facilitará el apilado.
mudanza
Ha llegado el gran día.
Si la haces por cuenta propia, empieza lo más pronto posible para evitar imprevistos.
Carga el vehículo aprovechando el espacio al máximo y trabaja sin prisa, pero sin pausa.
Cuando realices la descarga, coloca las cajas y los muebles en las habitaciones correspondientes, esto evitará que tengas que moverlas de un lugar a otro.
Si has contratado a una empresa de mudanzas, levántate con tiempo, haz un último repaso y ¡relájate! Ellos saben perfectamente cómo embalar, en el caso que lo hayas contratado, desmontar tus muebles y trasladarlos hasta tu nuevo hogar.
Es importante que este día estés disponible, para poder dar las indicaciones necesarias en la carga y la descarga.
post-mudanza
Si has contratado una empresa de mudanzas, también puedes contratar el desembalaje o puedes hacerlo tú mismo. Esto te llevará más tiempo, pero no lo demores demasiado y márcate una fecha límite o acabarás con una habitación llena de cajas durante meses o años.
No abras todas las cajas a la vez.
Cuando hayas vaciado una caja, desmontala y retirala para evitar un caos visual que puede llegar a estresarte.
Deja un par de cajas montadas que utilizarás para tirar los restos de precinto y papel de los embalajes.
Probablemente la carga se realice por la mañana y la descarga por la tarde así es que, cuando esté todo descargado, empieza primero por hacer las camas y dejar el baño listo para que puedas descansar y al día siguiente te puedas duchar tranquilamente y ponerte manos a la obra.
Recuerda que te has preparado una maleta para los dos primeros días.
A partir de aquí, ve desembalando según tus prioridades.
Si has realizado un trabajo previo y has descartado todo lo que no necesitabas, abre caja por caja y ves colocando el contenido de manera organizada y que te resulte práctica y cómoda, según el uso que le vas a dar.
Si no lo has hecho, ahora es un buen momento para descartar todo lo que no es necesario. Los espacios cambian y nos hacen ser conscientes de que tenemos muchas pertenencias que no usamos, sea porque ya no nos gustan, nos las han regalado y nos sabe mal tirarlas o simplemente ya no encajan en nuestra nueva vida.
Espero que te sea de utilidad y recuerda, una mudanza es el camino para tu nueva vida. Busca la ruta más sencilla para realizarlo y se convierta en un viaje de placer.